domingo, 29 de septiembre de 2013

Perdóname si te despierto en medio de la noche con un beso.

Esta tarde, mientras dormías, volví a mirarte como antes solía. Lentamente y sin prisas, mientras que tí no eres consciente de que te recorro y te acaricio con la mirada. ¿Qué me hiciste para necesitarte? Todo te lo dí y te lo doy, cada una de mis siete vidas te las dedicaría, estoy segura, nadie podría jamás ser tan tuya como yo. Aunque creo que tú nunca has sabido lo tanto que te pertenezco, tampoco eso hará que deje de hacerme cada vez más tuya. Me encanta que me conquistes, que te apoderes de mi. Mi libertad me la das y la encuentro en tus brazos, así de simple. 


Porque cuando me paro a mirarte, 
aunque ya no lo haga apenas, 
me siento completa, 
más que en cualquier otro momento de mi vida.

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